Bueno, la verdad es que me molaba, porque al final acabó siendo muy cansina. Cuando después de los malos datos de audiencia obtenidos todo apuntaba a que la serie terminaría después de su segunda temporada, buscaron un final abierto que contentase a todo el mundo y respetase los cimientos de Sexo en Nueva York.
Inspirada en la novela homónima de Candace Bushnell, lo tenía todo para triunfar entre su público objetivo: los adolescentes. Producida por Josh Schwartz+Stephanie Savage+Len Goldstein y con la adaptación de Amy B. Harris, la adolescencia ochentera de Carrie en Nueva York es contada por los artífices de éxitos como Gossip Girl o Hart of Dixie.
El punto de partida es el verano de 1984. Carrie (AnnaSophia Robb) tiene 16 años y acaba de perder a su madre. A partir de ese momento, la rebeldía de Dorritt (Stefania Owen), su hermana pequeña, comienza a crecer de forma exponencial; y su padre, que normalmente, pasaba el día trabajando fuera de casa, tiene que enfrentarse a la educación en solitario de dos hijas adolescentes.
Para ayudar a Carrie a superar la muerte de su madre, Tom Bradshaw (Matt Letscher) le consigue unas prácticas en un despacho de abogados en Nueva York. A Carrie esta pasantía no le interesa nada, pero le parece una buena oportunidad para cambiar de aires y pasar tiempo en la gran ciudad. Así que en este contexto se comienza a construir el personaje de Carrie Bradshaw que conocemos, a partir de sus experiencias en Manhattan, de sus amigos, de su familia y mucho antes de los manolos, de Mr. Big, o de sus colaboraciones estrella en cabeceras importantes.

Lo mejor de The Carrie diaries: la música, el vestuario (en general), los collares de Carrie (en particular), Larissa (Freema Agyeman), la joven Samantha (Lindsey Gort), Dorritt, su enemiga Donna LaDonna (Chloe Bridges).

La joven Samantha Jones interpretada por Lindsey Gort, que clava los gestos y la forma de moverse que Kim Cattrall utilizó para dar vida a este personaje.


Del vestuario se encarga Eric Daman (Gossip girl), asistente de Patricia Field en Sexo en Nueva York durante tres temporadas.
Lo peor de The Carrie Diaries: no creo que pensasen en los fans de Sexo en Nueva York para crear esta precuela, sino que el objetivo era enganchar a una nueva generación. En mi caso, la seguí como fan de la serie y me sobraban Mouse, Maggie y Walt. Todo el rato. No me interesan. Hubiera sido mucho mejor que Larissa, Samantha y Dorritt centrasen toda la atención en la segunda temporada.
